domingo, 29 de agosto de 2010

You have been the one for us



suelen mantenerse como siluetas inquietas en la retaguardia,
almacenan fuerzas para las caídas del resto,
tiemblan sujetando las cervezas cuando viene el temporal de rebajas,
saben cómo combatir el frío
y dominar el fuego
y liar laberintos de deseos entre sus piernas,
he visto a muchos
y muy buenos, a los mejores,
babear inviernos entre sus brazos,
deshacerse como gotas de hielo arañadas por las caricias de unos ojos
(qué desnudos estamos ante ciertas armas)
capaces ellos de tumbar ejercitos de rutina en un instante.
son el otro lado de la marea,
lo que llena de empuje la arena
y mantiene la resaca para que todos recuerden.
son un poquito guerrilla
y un completo de guerra: no entienden de banderas blancas,
olvidan enseguida las treguas
y les da lo mismo dirigir un abismo
que timonar barquitos con velas de cera.
una vez aprendí que hay un sitio con el que todos los caminos sueñan.
un horizonte llamado destino.
una meta tan inalcanzable como saber que después de un roce de aliento
no hay mucho más a lo que poder aspirar: una constelación de pecas,
un museo de fuegos e imperfecciones,
un lugar
donde todo lo que tienes se basa tan solo en todo lo que das
y en donde todo lo que pierdes a cambio
te da
completisimamente igual.
ellas, claro.
pero qué coño os voy a contar...