domingo, 5 de septiembre de 2010

Co-razones


Por si acaso no recuerdas mis abrazos yo te dejo mi canción, guarda ese miedo que lo vela todo y solo se queda, solo se queda.
Diciendo cosas que siempre suenan a triste, cosas que suenan a olvidar todo ese ruido que el maldito invierno. Nunca se lleva.




No pienso rendirme ante ningún problema
confío en mí soy capaz de vencer lo que sea
volveré a caer millones de veces pero siempre volveré a erguirme porque me di cuenta de que
oh, si me amigo me di cuenta de que..
Quizás la clave para ser realmente libre sea, 
reir cuando puedas y llorar cuando lo necesites.





Ella y yo
Dos locos viviendo una aventura castigada por Dios
Un laberinto sin salida donde el miedo se convierte en amor
Somos su marido, ella y yo.
Mi esposa y yo
Igual que ustedes compartimos en la vida un eterno amor
La dama perfecta, toda una belleza , ella es mi inspiración
Somos feliz ella y yo.
Amigo ella y yo
esta prohibida pasión
Y aunque tiene dueño, yo solo tengo un
Solos nos vemos a escondidas para ahogar
sueño, ser su protector
Somos su marido, ella y
yo.


Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras
y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además la he visto seria, ser ella misma,
y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso, eso que me cuentas de que mírala cómo bebe las cervezas,
y cómo se revuelve sobre las baldosas y qué fácil parece a veces enamorarse.
Todo eso de que ella puede llegar a ser ese puto único motivo
de seguir vivo y a la mierda con la autodestrucción...







    Que te entiendo. Que yo escribo sobre lo mismo. Sobre las misma.

Que amigas tenemos todos. Pero yo, las mejores de todas.

Mc.-

domingo, 29 de agosto de 2010

You have been the one for us



suelen mantenerse como siluetas inquietas en la retaguardia,
almacenan fuerzas para las caídas del resto,
tiemblan sujetando las cervezas cuando viene el temporal de rebajas,
saben cómo combatir el frío
y dominar el fuego
y liar laberintos de deseos entre sus piernas,
he visto a muchos
y muy buenos, a los mejores,
babear inviernos entre sus brazos,
deshacerse como gotas de hielo arañadas por las caricias de unos ojos
(qué desnudos estamos ante ciertas armas)
capaces ellos de tumbar ejercitos de rutina en un instante.
son el otro lado de la marea,
lo que llena de empuje la arena
y mantiene la resaca para que todos recuerden.
son un poquito guerrilla
y un completo de guerra: no entienden de banderas blancas,
olvidan enseguida las treguas
y les da lo mismo dirigir un abismo
que timonar barquitos con velas de cera.
una vez aprendí que hay un sitio con el que todos los caminos sueñan.
un horizonte llamado destino.
una meta tan inalcanzable como saber que después de un roce de aliento
no hay mucho más a lo que poder aspirar: una constelación de pecas,
un museo de fuegos e imperfecciones,
un lugar
donde todo lo que tienes se basa tan solo en todo lo que das
y en donde todo lo que pierdes a cambio
te da
completisimamente igual.
ellas, claro.
pero qué coño os voy a contar...